Un cuerpo en forma nos dirige hacia una mente en forma
Traducido de REYNOLDS, Gretchen. A fit body leads to a fit bran. The Sydney Morning Herald. Life & Style. 1 de enero de 2016.

El tema más recurrente del 2015 en las ciencias del ejercicio fue que para extender la vida, envejecer saludablemente y mantener una mente ágil y un cerebro en forma, debíamos mantenernos físicamente activos -pero no por tanto tiempo como muchos pueden temer, ni en la manera que muchos pudieran pensar.
Ciertamente la investigación más alentadora de este año se enfocó en la relación entre el ejercicio regular y las mejoras en nuestro pensar y estructura de nuestro cerebro. De manera constante he escrito en los últimos años sobre como el ejercicio -usualmente correr, especialmente en estudios con animales- incrementa el número de nuevas neuronas en el cerebro y agiliza las habilidades cognitivas y mejora el estado de ánimo, especialmente en medida que envejecemos.
Pero este año, el interés de la comunidad científica del ejercicio y salud mental parece haber alcanzado un punto crítico. Muchos de los nuevos estudios destacaron formas inexploradas previamente en las que el ejercicio cambia nuestros cerebros y nuestras mentes. Uno de mis favoritos fue un escaneo cerebral en el que científicos japoneses encontró que los cerebros de personas mayores en forma eran tan eficientes como los de las personas jóvenes.
Este hallazgo significa, en la práctica, de que los cerebros de las personas mayores aeróbicamente en forma utilizan menos recursos que los cerebros de personas de la misma edad que no se ejercitan, tanto como una persona en forma utiliza menos recursos para realizar una tarea física. Todo esto me dirige a desarrollar un acrónimo admonitorio. HAROLD, para hemisferic asymmetry reduction in older adults (reducción hemisférifa asimétrica en adultos mayores) un debilitamiento en la función del envejecimiento del cerebro que estoy convencido evita o disminuye con el ejercicio físico.
Debo, pienso, agregar más visitas al ginmasio en mi rutina diaria porque varios estudios vieron la forma en como el entrenamiento con pesas y una musculatura fuerte afecta el cerebro. En un estudio, mujeres mayores saludables que completaron un año de entrenamiento dos veces por semana con poco peso mostraron menos y menores lesiones es la materia blanca cerebral que mujeres de la misma edad que completaron un programa de ejercicio de estiramiento y equilibrio (yoga o pilates) o que hacian ejercicio solo una vez a la semana en el gimnasio. La materia blanca es la encargada de pasar los mensajes de un hemiferio cerebral al otro, por lo que es primordial para la memoria y el pensamiento.
Otro estudio sobre salud muscular y sus efectos en el cerebro alcanzó una conclusión similar. Encontre este estudio particularmente intrigante porque se desarrolló con gemelos, siendo yo gemela (aunque no idéntica). Los gemelos son muy útiles en estudios sobre ejercicio; comparten muchos de las mismos genes y normalmente muchos de los entornos tempranos en el hogar, permitiendo a los científicos mayor control sobre esos factores.
En este estudio, investigadores británicos usaron una extensa base de datos con información sobre la salud y hábitos de gemelos mujeres. comparando la potencia muscular de las piernas de cada gemela -un buen parámetro de la salud muscular general- con sus habilidades cognitivas 10 años después. Y mientras más potencia de piernas tenían las gemelas mejor fue el desempeño en sus tests cognitivos en la actualidad.
Aún más interesante, cuando los científicos escanearon los cerebros de los algunos pocos de los pares de gemelas del estudio, encontraron que si algunos de las gemelas había tenido piernas más potentes que su hermana genéticamente idéntica una década atrás, tendía a tener mayor volumen y menos espacio vacío en su cerebro que su gemela con menos músculo, de acuerdo a la directriz del autor del estudio. Mi gemela y yo estamos compitiendo ahora a ver quién visita más frecuentemente el gimnasio.
Por supuesto, no todo lo importante en las cien cias del ejercicio este año tuve que ver con el cerebro. Uno de esos estudios concluyó que la actividad física de cualquier tipo y casi en cualquier cantidad parece que mantiene a las personas fisiológicamente jóvenes reduciendo la ruptura y acortamiento de los telomeros, pequeñas capas orgánicas en el extremo de los cromosomas.
Los telomeros disminuyen de longitud con la edad, así como las funciones de las celulas que los contienen se alentan y degradan. Telomeros cortos indican en efecto que la célula está vieja biológicamente, no importando su edad biológica.
Los científicos piensan que poco se puede hacer naturalmente para desacelerar el acortamiento de los telómeros y el envejecimiento de las células. Pero en este estudio, investigadores encontraron que las personas que reportaron participar en cualquier tipo de actividad física, como caminar, levantamiento de pesas o inclusive jardinería, tenían telómeros más largos en comparación de los que manifestaron ser completamente sedentarios, y a mayor cantidad de actividades físicas realizadas más largos eran los telómeros.
La columna más popular que escribí este año, de cualquier manera, abordaba nuevos estudios que examinaron la pregunta sobre ¿precisamente cuánto ejercicio probablemente necesitamos para vivir una vida larga y saludable? La respuesta es muy breve, hasta el más mínimo ejercicio, no importa qué tan poco sea, disminuye algunos riesgos de muerte prematura, pero lo ideal parace ser que se haga una hora al día de ejercicio moderado como caminar, mejor si se incrementa la intensidad del ejercicio hasta hacernos sudar
Artículo traducido al español por el autor del Blog.
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